Como parte de la campaña Escuelas Seguras, se les proyectó a los pequeños un video sobre las principales medidas de evacuación, acompañado de indicaciones específicas para personas con discapacidad. También, jugaron a ser Bomberos por un día, con actividades diseñadas para aprender y divertirse a la vez.
El personal de la Oficina de Relaciones con la Comunidad de Bomberos de la Ciudad compartió una jornada con los chicos, directivos y docentes de la Fundación Vitra, ubicada en Av. Montes de Oca 110, en el barrio de Barracas.
Una de las actividades consistió en la presentación de un video institucional, que explicaba en forma didáctica cuáles son los pasos a seguir ante un incendio en la escuela. Asimismo, el personal de Bomberos, junto con los docentes y acompañantes terapéuticos comentaron la importancia de buscar un lugar seguro, llamar al 911 (nunca esperar en un pasillo, ni usar el ascensor), intentar acercarse a una ventana para hacer señas hasta que llegue la ayuda, entre otras recomendaciones.
También, los agentes compartieron con los chicos el juego de Bomberos por un Día. Para ello se diseñó un circuito compuesto de un túnel con humo artificial. Al escuchar una sirena, los pequeños, disfrazados de bomberos, tenían que simular una evacuación ingresando al túnel y tapando su nariz y boca.
Una vez afuera, los niños encontraban una víctima y, con la ayuda de sus compañeros bomberos, debían realizar la técnica de inmovilización para su posterior traslado a un puesto sanitario.
Más adelante, los pequeños recibían un llamado al 911 solicitando que realicen el salvamento de un gatito, por lo que, trabajando siempre en equipo, debían ayudarlo a descender de la copa de un árbol. Por último, los bomberitos debían acudir al incendio de una vivienda. Una vez allí, provistos de matafuegos (adaptados) y mangas con lanza (adaptadas), extinguieron el proceso.
Terminando el circuito, y con el aplauso de todos por su participación, los nenes recibieron la felicitación de los Bomberos por su actuación destacada, y se les entregó un diploma, nombrándolos como “Bomberos Honoríficos”. También se les obsequió un casco de cotillón como recuerdo.
Finalmente, los chicos pudieron subirse a la autobomba, junto con el personal de la Estación III, quienes charlaron con ellos, les prestaron sus cascos y les mostraron los materiales que utilizan en su trabajo diario.